Si no existiera ninguna comedia romanticona con guapos y guapas, si no hubiéramos llorado antes con los plantones, los 'noes' y los 'podemos ser amigos', si no existieran Sandra Bullock, Reese Whiterspoon, y nosecuantas actrices ñoñas más, pues hasta 27 vestidos sería divertida y resultona. Pero no es el caso. Katherine Heigl, la rubia ñoña y enamoradiza de Anatomía de Grey, vuelve aquí a recrear el mismo personaje. Es la eterna dama de honor de varias bodas, con los vestidos más feos que se puedan ver. Y eso que la guionista es la misma que El diablo viste de Prada. Olvídate del buen gusto. La Heigl carece de bis cómica, no entusiasma, sólo da lástima, incluso cuando consigue al amor de su vida. Da pena. Resulta más patosa sin quererlo que divertida. Como en Lío embarazoso se enrolla porque se emborracha con el que ella no cree que es su príncipe azul. Este príncipe es James Marsden, que curiosamente hacía también de principe en su última película, Encantada. En realidad, es un romantico empedernido, que se enamora de ella locamente y hace lo imposible por seguirle la pista. De hecho es lo que más me ha gustado y eso que él no es mi fuerte. La escena del dueto musical entre él y la Heigl es de lo peor.
Y el tercero del poster es otro descamisado Edward Burns, que aún reconociendo que lo adoro y me encanta, aquí sale envejecido tela. Interpreta al jefe amable, guapo y encantador que tiene loca a nuestra rubia tonta, pero que en quien se fija es en su hermana pequeña, una frivolona modelo rubia (esto es lo que menos se entiende). La interpreta Malin Akerman, a la que tenías que odiar a la fuerza en Matrimonio compulsivo la última peli de los Farrelly.
Tal vez la moraleja última (y manida) es que el amor se encuentra donde uno menos lo espera y que hay personas en las que no nos fijamos que deberían formar parte de nuestrs vidas. Pero en fin, aquí son todos guapetones, con éxito, con familia, contentos de haberse conocido. Vamos, como la vida misma.
27 vestidos se estrena en España el 29 de febrero.
COTILLEO
Parece ser que Katherine Heigl, que vendrá a Madrid a promocionar la película, lo hará acompañada por su madre, que es su manager, y por su publicista. La madre es una pesadilla, al estilo Margarita Seisdedos. Y encima que ahora ha casado a la niña suponemos que bloqueará preguntas. Según se comentaba en el pase "se le ha subido a la cabeza".
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