23.6.08

24 horas en Bilbao: heavy con Kiss, pinchos y surrealismo en el Guggenheim

Aterrizamos en Bilbao el sábado a la hora de comer. En bus (50 euros) hemos tardado, con parada de 20 minutos, unas cinco horas (vamos dos seguidos llenos de heavies). Se me pasan volando porque voy durmiendo. Tengo un trancazo del ocho, y la última vez que estuve así acabé con faringitis y muda. Nos echan una de Bourne y Sahara (a la vuelta la de Todo está iluminado y una de los Ocean's). Suicide. La última vez que estuve en Bilbao fue en un concierto de Melendi en la plaza de toros. Aunque no os lo creais estaba petado, con entradas agotadas. No hace falta decir que vine por motivos de curro (para la Revista 40). Tanto Melendi como la prensa nos hospedamos en el reciente inaugurado Sheraton, pedazo de hotel (había que verle al tronchos y sus colegas tirados por los suelos con sus mochilas en la lujosa entrada). Esta vez duermo en el hotel Conde Duque, que está en la ría, cerca del museo Guggenheim. Decidimos en el último momento ir al festival heavy Kobeta Sonik (cuesta la entrada para ver a Kiss, Europe y Dio, entre otros, 68,50 euracos) sí que era lo más económico sin caer en lo mochilero. 95 euros la noche. Los comecocos no huían de ningún PacMan (graffiti de Invaders frente al hotel).
El festival es en un monte, el Kobeta, de ahí el nombre. A mí me costó averiguarlo. Serían los antibióticos. Tocaban muchos grupos pero los clásicos son los ídem: Kiss, Dio y Europe (no me quedó más remedio que grabar con la sonrisa de oreja a oreja el The Final Countdown, lógico, atento a los gallos) se llevaban la palma y las camisetas y parches que vendían de camino al festi en el que subimos en un bus de la organización. Para llegar a la salida había que ir al San Mamés. Bilbao está muy bien conectada con su metro (abierto el finde 24 horas) y el EuskoTran, el tranvía que te lleva por la ría. Pagas 1,15 antes de subir, en el propio andén y lo validas allí mismo. Es decir, subes al tranvía con el ticket ya picado. Pero no hay revisor. Cuando lo cogimos, pagamos, pero vamos, que creo que allí se cuela todo dios (como con los buses en Roma).
¿Qué sería del país vasco sin sus pinchos? Antes de ir al concierto ración de barra. Aquí una muestra. Quedamos con Lolo que se vino de Madrid para currar en la Fnac y nos ponemos finos. Aunque llegamos a la conclusión de que en Donosti se come mejor (Tomás nació allí y yo todavía recuerdo mi último viaje por la Semana de Cine de Terror).
Otro imprescindible: el pastel de arroz, pero qué bueno!
Entrada del festival. Tras la siesta de rigor subida al monte. Arriba, con Jose, Diana y Tomás. Vemos bastante mierda por los suelos y mucha gente (hubo en este segundo día unas 30.000 personas). Los bocatas eran de plástico que pagabas por tickets y los baños estaban la mar de sucios. Y eso que los hesvis son gente honrá, pero limpia... En fin, muchas melenas, minis de kalimotxo y un meneo a prueba de bomba para nuestras cervicales: a todo le decíamos que sí.

Podías hacerte una foto con la estatua ésta pero hasta había cola...
La venta de camisetas se disparó...
... y la peña disfrazada o con caretas de los Kiss.
Kiss + ACDC = pedo.
Cuando Gene Simmons, cantante de los Kiss (aquí su actuación), vuela, es lo que pasa...


Al día siguiente, y tras el resacón (¿eh, Jose?) vamos al Guggenheim, la caseta del perro. A una expo que quería ver: "Cosas del surrealismo", que ocupa toda la tercera planta (se ve el cartel arriba en rosa) y estará hasta el 7 de septiembre. Está bastante bien incluyendo muebles, ropa, joyas y cerámica, entre otras cosas. Entramos gratis con el pase de prensa.
Fuera, además de la popular araña gigante, están los tulipanes de Jeff Koons, súper originales, en los que puedes sacar fotos chulas con los reflejos. Si vais no os perdáis la instalación de Richard Serra. Yo no pude verla el año pasado cuando estuve en Nueva York, pero cuando entramos en uno de sus gigantescos círculos de acero a todos nos entró un mal rollo alucinante. Toda una experiencia a lo pasaje del terror. No hice fotos porque dentro del museo está prohibido.

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