20.11.11

Crítica. Asesinos de élite: Dominic Purcell, ese macarra setentero


Ni Jason Statham (en su línea, ¡cómo me gustó en Blitz!). Ni Robert De Niro (que ya participa en lo que sea, haciendo como que corre, como que dispara, como que todo). Ni Clive Owen (con ese ojo a la virulé Watchmen Style, cara acelga). Lo mejor de Asesinos de élite (Killer Elite), de Gary McKendry, es Dominic Purcell que ni sale en el póster ni falta que hace. No había hecho nada decente desde Prison Break y ya iba siendo hora. Le pega todo ese físico macarra, con el plus de la melena, el bigotón y el outfit setentero. Es un tipo duro, del que no sabemos gran cosa. Cada vez que sale me recuerda a un elefante en una cristalería, a un tipo bonachón que pasaba por allí y al que le dan una pistola. Puede que no sea así, pero es como yo lo recuerdo. Llama la atención que en esta peli de acción al estilo Equipo A, todo ocurra a gran velocidad, muchas veces sin saber por qué. Para el que le guste la acción, bien: geniales las escenas de persecuciones, los tiroteos, las peleas cuerpo a cuerpo. Para el que busque algo más, se sentirá estafado. De élite, nada. Éste es un grupo de camorristas horteras, que salvan su pellejo como pueden. Sin soltar el pitillo de la boca.

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