4.8.12

Crítica. El look de Charlize Theron en Young Adult: gafas Dior

En el póster cambiaron la chaqueta, del instituto.
Me había resistido a ver Young Adult, de Jason Reitman, porque salí espantada de la anterior película de Diablo Cody, Juno. Ese rollito underground de palo no me gustó nada. Sin embargo, Adult Young me ha sorprendido por la maravillosa interpretación de desgraciada de Charlize Theron, aunque recuerde, en guapa, a su oscarizada asesina de Monster. Mavis, su personaje, huyó de su pueblo, Mercury, para buscarse la vida en la gran ciudad. A lo máximo que ha llegado es a escribir libros que firma otro, unas historias para esos Jóvenes adultos, llenas de topicazos sobre las relaciones de pareja adolescente. Lo que no entiende Mavis es que ella sigue siendo uno de ellos, a pesar de rozar ya los 40. Hasta aquí lo normal, si no fuera porque Mavis va hecha una mamarracha, con su camiseta sucia de Hello Kitty y su pantalón del pijama, que conjunta, sí, con unas gafas de sol de Dior (que para eso la actriz es su imagen). Una chalada fashionista, friki y guapa, demasiado...


Cuando su ex novio del instituto (el guapo Patrick Wilson) le envía una foto de su bebé, Mavis, al estilo de Julia Roberts en La boda de mi mejor amigo, coge su Mini (pijaza total) con la intención patética de recuperarlo. Como espectador sabes que no va a funcionar, que esto no es Pretty Woman ni nada por el estilo. Las sorpresas llegan de mano de esta mujer que directamente está como un cencerro. Lleva un perrito Pomerania como si fuera un accesorio, sin atenderle como debiera (le llama Dolce, ¿por Dolce & Gabbana?). Pero al mismo tiempo le pide a la dependienta del Macy's de su pueblo si tiene vestidos de Marc Jacobs. No se despega de una bolsa rosa de Victoria's Secret, tampoco de su postizo, ya que Mavis, bipolar absoluta, tiene la insana manía de arrancarse pelos de la cabeza (y eso que en su juventud ganó el premio al mejor pelo...). Lo peor que la podía hacer la mujer de su ex no es insultarla sino tirarle sin querer la sangría sobre su preciosa camisa de seda...

La camisa de seda antes de sufrir el estropicio
Lo mejor de Young Adult es asistir a la transformación de esta cañonazo de mujer, a esa constante dualidad, no sólo mental sino también física. Porque en el fondo es otra paleta de esos paletos que critica, pero que salió guapa. Una inadaptada que lo mismo arrastra los pies despeinada y bebiendo litros de Coca Cola light para desayunar (¿con helado?), como se pasa las horas muertas haciéndose la manicura, la pedicura y maquillándose o cantando aquella canción (The Concept, de Teenage Fanclub) que tanto le recuerda a él (también escuchamos a Veruca Salt, Lemonheads...). Lo de jugar a la Wii también es un puntazo o cómo sólo come fast food en sitios como KFC. Los encuentros con uno de esos paletos (grande Patton Oswalt) que, sin embargo, la comprende y ayuda (como alcohólica que es encuentra un chollo en este destilador casero), son las mejores escenas de la película (el patético semidesnudo de la actriz). El primo de Mavis, creyendo el rumor de que ese paleto era gay, les llega a comparar con Will y Grace...


Young Adult esconde una terrible verdad, la de esas personas que no han superado su adolescencia ("El amor todo lo puede, ¿no has visto El graduado?", dice Mavis), que sobrellevan como pueden un trauma, personas que decidieron cambiar el rumbo de sus vidas y que fracasaron en el intento, deseando como fuera recuperar el tiempo perdido. Cruda como pocas, lo mejor de Young Adult es que la protagonista, a pesar de comprender su situación, no cambia. Seguirá siendo la misma, pero sin echar de menos su pasado. En eso, aplausos para Diablo Cody, por no transformar a Mavis en otra Manic Pixie Dream Girl.

+Charlize Theron en el póster de Blancanieves, ¿copia?

+La mejor vestida de los Globos de Oro 2012.

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