6.11.12

Hatfields & McCoys, dos familias, una guerra: estreno en Fox Crime


Una historia de violencia. Tras la guerra civil americana hubo muchas. Pero ésta que ha producido y que protagoniza Kevin Costner ya forma parte de la cultura popular del país. Durante más de dos décadas, dos familias amigas de Virginia Occidental y Kentucky protagonizaron un enfrentamiento que iría recrudeciéndose con el paso de los años y cuyas consecuencias serían imprevisibles. Según relata esta miniserie de tres episodios, todo comenzó con la deserción de Devil Hatfied, interpretado por Kevin Costner; hecho que no logró digerir su, hasta ese momento, amigo y compañero en el bando confederado, Randall McCoy (Bill Paxton, el polígamo de Big Love), un hombre religioso que volvió de la guerra muy tocado. La escalada de violencia comenzaría con pequeñas rencillas –una mala respuesta, una amenaza en el bar, el robo de un cerdo...– hasta ir convirtiéndose en una espiral de violencia, acentuada por la falta de entendimiento entre las dos familias (incluso emparentadas, y ambas, numerosas: Hatfield tuvo 13 hijos, y McCoy, 16). Parte de la culpa la tuvo el tío de Hatfield, Jim Vance –Tom Berenger–, hombre pendenciero que enturbió aún más la relación entre ambos clanes. Por si esto fuera poco, a esta pésima situación hay que añadir la trágica historia de amor, al estilo Romeo y Julieta, que iniciaron dos de los hijos, uno de cada familia, y el interés que todo esto generó en los medios de comunicación. En la última edición de los Emmy, Hatfields & McCoys se alzó con cinco estatuillas, entre ellas la de mejor actor para Kevin Costner –nunca antes nominado a estos premios– y mejor actor de reparto para Tom Berenger –candidato en 1982 por Cheers–. Dirigida por Kevin Reynolds –que coincidió con Costner en Robin Hood, príncipe de los ladrones y en Waterworld–, se divide en tres episodios, de 90 minutos cada uno, que Fox Crime emitirá los miércoles 7, 14 y 21 de noviembre. En EE UU, esta amarga historia de rencores y venganzas, reflejo de un país inmaduro y en el que la Ley aún era “un músculo por ejercitar”, fue seguida por casi 14 millones de espectadores, un récord.

[Artículo publicado en On Madrid, de El País]

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