Piloto What Remains (BBC) la vecina invisible. El asesino es...

(subido originalmente 4.09.13) ¿A cuántos de tus vecinos conoces bien, en cuántos confiarías, qué saben ellos de ti? What remains es una miniserie de cuatro episodios estrenada por la BBC que, partiendo de un crimen sin resolver, reflexiona, entre otras cosas, sobre la falta de comunicación, el miedo a la soledad impuesta y el egoísmo como mecanismo de supervivencia. Creada por Tony Basgallop (Inside Men) y dirigida por Coky Giedroyc (The Hour), What remains se centra en la investigación que hace un policía jubilado del supuesto asesinato de Melissa, una chica gordita y solitaria a la que nadie ha echado en falta durante los dos años en los que su cuerpo se iba pudriendo en la buhardilla del edificio.

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Con algún que otro flashback sobre esta vecina invisible, vamos conociendo más detalles, piezas de un puzzle que se empecina en resolver un individuo. Los vecinos no son los únicos que parecen creer que se trata de un suicidio o de un accidente, es la misma policía, el sistema, el que quiere dar carpetazo al asunto. Como si la pobre chavala tuviera la culpa de su desgracia, como si a nadie le importase. Pero ahí está el jubilado, con todo el tiempo del mundo, para creerse Sherlock Holmes. En What remains, Watson sería una pareja joven (una embarazada –Amber Rose Revah, la María Magdalena de La Biblia– y su marido) que llega al edificio y que descubre el cuerpo de casualidad. Mientras los vecinos que la conocieron se hacen los locos, estos dos comienzan a sospechar. La investigación, paradójicamente, es llevada desde fuera, con personas que no conocían a la víctima, pero que tienen sus propios motivos para tirar del hilo (el poli lo lleva en la sangre; la pareja tiene que convivir con esta gente). ¿Quién querría verla muerta, porqué, quién la mató, cómo nadie la ha echado en falta?

Lo mejor de What remains es el policía jubilado interpretado por David Threlfall, que se ha cortado la melenaza de Shameless. Parece físicamente un rockero venido a menos, pero demuestra tener un enorme corazón, al implicarse emocionalmente en el asunto, mientras visita a menudo en el hospital a su hermano. Cómo aguanta con paciencia que un chaval le llame en toda la jeta PIG tiene su mérito. Entre los vecinos hay de todo y eso que el edificio tiene sólo un par de plantas. Una pareja de lesbianas muy diferente entre ellas. Nos preguntamos qué hacen estas dos juntas, porque Indira Varma (que saldrá en Juego de tronos) es una pesadilla. Un periodista divorciado (Steven Mackintosh, Inside Men) con un hijo rebelde. Ver cómo 'esconde' a su nueva novia, también periodista, es de lo más surreal. También que, al menos ella, no quiera meter las narices en el crimen desde el principio. Un profesor gruñón que hace las veces de casero y que cae muy mal. Resulta que el chico nuevo (Russell Tovey, Being Human) fue su alumno (y hay más).

Todos guardan secretos y, por ello, mienten. Los vemos salir y entrar en el edificio, hacer sus vidas con total naturalidad. Por momentos, What remains me recuerda a La comunidad de Alex de la Iglesia. Aunque le falte su humor, ¿estarán todos confabulados? O a REC... Tiene el sabor de las historias cortas de Agatha Christie; o de las pelis de Hitchcock. No es terror, pero te mantiene en tensión, como una buena peli de suspense. Como no he leído nada de nada (mejor) me espero cualquier cosa. Sólo sabemos que Melissa parecía feliz en su soledad (otras parejas del edificio no lo son), que estaba comiendo chocolate antes de ser asesinada (un detallazo) y que alguien la mató por acceder a esa buhardilla donde supuestamente nadie sube...

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Es de agradecer estas miniseries en las que no se estira el chicle y nos resuelven el crimen en cuatro entregas. Si hubiera sido una serie tal vez me hubiera cansado, pero al ser una dosis concentrada me ha sabido mejor que nunca. Sobre todo, el último episodio. Que el marido de la embarazada mantenga relaciones con una antigua compañera del instituto que vive sin que nadie lo sepa con el casero es la peor parte de la historia, porque no es lógica. Entiendo que el chaval pueda cometer una indiscreción una vez, pero no que mantenga relaciones a diario con ella. Según él, sería una venganza hacia con ese profesor que lo ridiculizó como estudiante. Lo cierto es que este tipo es un zoquete y no para hasta que el profesor los pilla en plena faena. Sabemos que ella espiaba desde la buhardilla a Melissa, a través de un agujero porque por el que ella ve al jubilado dormir allí (el tipo se queda, obsesionado con el caso). El poli, cabezota, no tira la toalla y menos cuando su hermano muere. Es como si se lo debiera a él, al irle contando todo, como si no quisiera quedarse solo en casa, aburrido, pensando en la muerte.

Como espectador llegas a sospechar de todos los vecinos. De esta chica porque no se entiende que viva encerrada en casa del profesor. Del periodista porque mantuvo relaciones con Melissa pero nunca lo admitió. De su hijo que la amenazó en una ocasión al enterarse de que se había enrollado con su padre... La pareja de lesbianas es la menos sospechosa, aunque fueron ellas las que fotografiaron a Melissa en bragas para un catálogo del que se arrepintió. Melissa, la pobre, recibía todo tipo de mofas debido a su peso. Lo cierto, es que viéndolo desde fuera, como el jubilado, esta comunidad de vecinos estaba compuesta por auténticos hijosdeputa. Cuando el profesor descubre que su ex alumna se ha acostado con el zoquete monta en cólera y aprovecha la coyuntura para entregarse admitiendo que él la mató. Vemos que sí encontró el cadáver, pero no avisó a la policía. Él no es el asesino. Tampoco el periodista, que anima a su ex novia, también periodista, a investigar el caso. Nadie atraería así a la policía. Mantiene una tensa conversación con su hijo por la que vemos que el niñato es un rebelde sin causa pero poco más. Inofensivo. Decir que la periodista es mala de cojones porque no averiguó nada de nada. Sólo nos queda aquel vecino con el que ella se llevaba bien, cuya historia no queda del todo cerrada, pero que no ha tenido nada que ver con nada.

Y la pareja de lesbianas. Entonces es cuando vemos en flashback cómo murió Melissa. Al subir a la azotea le sorprendió la lesbiana buena, y luego la lesbiana mala, que comienza a insultarla, momento que aprovecha Melissa para animar a la lesbiana buena a huir, a dejar a su pareja que no hace más que maltratarla psicológicamente. Contra todo pronóstico fue la lesbiana buena quien asfixia a Melissa hasta la muerte. La otra la encubre y ahí que la dejan. Pero lo mejor del final de What Remains es cómo se narran estos hechos mezclados con el futuro. Tiempo después, la embarazada, que abandonó al padre de su hijo, deja a éste al jubilado, que vemos que se ha mudado al edificio, ya que la policía creyó en todo momento que el profesor no había matado a Melissa si no su ex alumna, que ya tenía antecedentes y era buscada por otro crimen. El jubilado se queda al cuidado del bebé, como en otras ocasiones, y de casualidad sale al pasillo a entregar unos folletos a sus vecinos. La lesbiana mala baja a por dos sacos de hielo. Imagino para qué es porque la hemos visto amenazar a su novia y hasta atarla a la cama. La ha matado y la conserva en hielo.

El jubilado que sigue husmeando es pillado in fraganti por ella. Cuando regresa la embarazada se encuentra con el pastel y la lesbiana mala la ataca, pero ella se defiende, de nuevo en la azotea. Esta secuencia está muy conseguida gracias a los lloros del bebé y a la oscuridad. Con las pocas fuerzas que le quedan, el jubilado, cual Robin Hood, se carga a la tipa ésta tirándole una flecha. Sin embargo, hay otro momentazo final, por si hubiera sido poco. Cuando llega la policía, cuando ya todo ha pasado, la embarazada con su bebé en brazos va a bajar a abrirlos, pero el jubileta, herido, tal vez, mortalmente, no lo sabemos, yo quiero creer que no, la sujeta y le dice sólo una frase: "No me dejes solo".