23.4.14

Critica Rompenieves (Snowpiercer) del director de The Host

Cuando creía haberlo visto todo sobre el cine de monstruos, apareció The Host que me dejó con la boca abierta. Se le pueden poner peros al final de este drama de terror, pero la primera aparición del bicho me hizo incorporarme en mi asiento y comentar algo así como: what!?!? El cine de Bong Joon-ho no deja de sorprenderme. En cualquiera de sus películas sobrevuela una amenaza, que pone en guardia a sus protagonistas, que los hace ir al límite, ponerse a prueba. Además de la familia que se enfrenta al monstruo de The Host, tenemos a los policías que persiguen al serial killer de Memories of Murder o esa madre loca de Mother… En Rompenieves (Snowpiercer), un estreno que llevábamos esperando desde verano cuando llegó a las taquillas coreanas, la amenaza somos nosotros mismos contra nosotros mismos. El filme es una gran metáfora de lo que nos ha tocado (mal)vivir. También en el futuro, donde parece que no hemos aprendido nada. Tras un experimento fallido (al estilo The Host), la Tierra se convierte en un desierto de nieve en el que sus únicos supervivientes viven a bordo de un larguísimo tren, dividido en vagones, que son como clases sociales. Recorre sin hacer paradas la Tierra en una especie de círculo vicioso, una visión que refleja algo evidente: si no tomas partido, si no te mueves y avanzas, no saldrás de ese círculo vicioso. Con una atmósfera desasosegante a lo Brazil –no extraña que el líder espiritual (John Hurt) se llame Gilliam– y una acción encorsetada, lógicamente, al estrecho margen de los vagones (y siempre hacia delante, hacia la máquina), a pesar del escenario el director consigue momentos inquietantes, de gran espectacularidad, impropios del género, con toques dramáticos abrumadores y otros de comedia negra, así que la mezcla entre la imparable acción unida a las historias personales de cada uno, y a extraños y gozosos personajes como el de Tilda Swinton –tan fría y aséptica en su crueldad como la nieve que los rodea–, se traducen al final en una poderosa mezcla visual (a medida que avanzamos salimos de la oscuridad hacia el lujo más delirante). Puede que se haga excesivamente larga en algunas de sus etapas -se regodea en algunas escenas crueles y hay secuencias de lucha que se me hicieron eternas- y que apetezca profundizar en los detalles -¿cómo es posible construir esas vías, ese tren, por qué nadie se ha sublevado antes, por qué hablan el mismo idioma pero los coreanos no, etc?-, pero qué bien sienta intentar parar de una vez este maldito tren.
Snowpiercer (Rompedientes) se estrena en España el 9 de mayo.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Está basada en un cómic francés de los 70-80, que yo leí en su momento en un "Cimoc" o similar. Entonces, las nieves eternas eran consecuencia de un invierno nuclear, que se llevaba más.

Mariló García dijo...

Está ligeramente basada en la novela gráfica francesa Le Transperceneige. Un experimento fallido provoca este desastre nuclear. Pero el director ha especificado que se aleja del libro, se ha inventado personajes y tramas.