11.11.14

Piloto Black-ish (ABC) Black is the Old Black

Sorpresón Black-ish. Me resistía a ver el piloto (ya hay seis episodios emitidos) porque no suele hacerme gracia el monotema racial en las series y al llamarse así, me temí lo peor. ¿Una familia de negros defendiendo lo que entendemos como cultura negra? Se me hacía un poco cuesta arriba. Ya tengo bastante con Spike Lee. Y eso que me chifla el hip hop y todo lo que ello engloba. Durante muchos años de mi juventud no oía más que rap, me gustaban los programas de breakdance y alucinaba con las pelis estilo Boyz in tha Hood. Así que Black-ish me sonaba a rancio. Pero, es todo lo contrario. Creada por una mujer, Kenya Barris, el protagonista (Anthony Anderson), con esta obsesión por lo negro, por sus raíces, es minoría en una familia cuyos miembros son mulatos, o juegan al hockey sobre césped en vez de al baloncesto y no diferencian el color de la piel de sus amigos. Hasta el padre (Laurence Fishburne, tras Hannibal, también productor) no es un radical como su hijo y alucina con sus comentarios (Fishburne le llega a decir que ellos no son africanos, que deje de imitar los rituales de África, porque "los africanos nos odian"). No es que sea políticamente incorrecto, porque el tipo se deja querer y sabe reaccionar y cambiar de parecer cuando se da cuenta de que no lleva razón. Black-ish es un cruce entre la voz en off al estilo Todo el mundo odia a Chris con las enseñanzas de Bill Cosby. Si Chris Rock hubiera continuado su serie habría acabado hablando de su madurez, de ganar dinero y de cómo afrontar que el príncipe de Bel Air puede convertirse en rey, siendo él mismo (negro) pero aceptando las reglas del juego y dejando de ser tan cerrado de miras (su mujer, mulata, es cirujana nada menos). La serie es una lección en cualquier caso para los que sólo aprecian lo suyo y no quieren saber lo que hacen los demás. Suena mucha música típicamente negra (más tirando al rap) y se hace una crítica constructiva de la educación de los chavales (son cuatro hijos los que tiene de diferentes edades). Critica que Justin Timberlake se haya apoderado del trono hiphopero, que el culo más negrata sea el de Kim Kardashian o que los asiáticos sean ahora los que bailan mejor que los negros. Ante esta evolución, lo negro ya no es tan negro, y se crean nuevas identidades con las que los más jóvenes no tienen el mayor problema. Y es curioso ese temor arraigado en el protagonista que se mosquea cuando le vacilan llamándole Doctor Dre como el rapero (se llama André), pero luego piensa lo contrario. Como le dice su mujer, si te dan el trabajo te lo dan porque eres negro y si no te lo dan diría que no se lo dan porque no es blanco. La cuestión es estar a la defensiva y eso sólo lo hace alguien que es un racista, que teme el cambio y que no se sabe amoldar a los nuevos cambios. Black-ish es positiva y se lo toma todo con mucha sorna y buen rollo. Si André, el prota, viera Ocho apellidos vascos fliparía. En todos sitios cuecen habas.

Black-ish se emite en España desde el 11 de enero de 2016 en TNT. Hay segunda temporada, en emisión en EE UU.

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