Efectivamente, como se ve en el póster de
Así nos va, comedia para maduros de
Rob Reiner, un muro separa a
Michael Douglas de su vecina
Diane Keaton. Aunque la imagen está mal –Douglas vive a la izquierda de Keaton y no al revés–: los productores debieron pensar que el rey es él y no ella, así que tenía que aparecer el primero en TODO, también en el cartel. Con su papelazo en
Behind the Candelabra aún en la memoria es difícil no encontrar patético a este soberbio hombre de negocios al que su hijo le endiña una nieta fantasma de 10 años a la que, en principio, no tiene la menor intención de cuidar. Todo es previsible, claro, ahí está esa vecina, de su edad, que le podrá echar un cable. Y surgirá el amor. Esto lo sabes desde el minuto en el que estos dos se encuentran. Los diálogos más mordaces o divertidos ya los había visto en el tráiler, así que nada memorable que añadir. Una comedia para enganchar a los fans de ambos, aunque no alberguéis grandes expectativas: que a mi Diane Keaton la hayan aborregado, y rebajado a simple acompañante de la estrella, no me gusta, con lo que ella ha sido. Douglas es aquí el cascarrabias, el peleón y el grano en el culo (hay referencias al cáncer y también a un
hijo drogadicto, como en su propia vida), no ella, así que la Keaton se queda en un segundo plano bastante torpemente (Rob Reiner ya trabajó con él, son amiguetes, se nota). A este plan hay que añadir las escenas de ella cantando MAL y ese cameo del propio director con un peluquín lamentable. Así nos va (And So It Goes) se estrena en España el 10 de octubre.
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